Por Gabriel Torres
El secretario general del Congreso,
estuvo muy claridoso, muy espontáneo en una peculiar entrevista con el
periodista de Mural, Martín Aquino. Manifestó una ‘verdad de Perogrullo’ (tan
evidente o tan sabida que resulta una afirmación trivial, obvia o notoriamente
sabida): que “en el Congreso de Jalisco han aparecido ratas”… "Además de cucarachas ¿qué hemos
encontrado?, hay roedores, son roedores". De forma que se “optó por llevar
a cabo la fumigación en el Palacio Legislativo”. La nota que da cuenta de esa
sinceridad inusitada, de franqueza perpetua, el diario Mural la tituló, “Buscan
acabar con las ratas en el Congreso de Jalisco” (https://www.mural.com.mx/buscan-acabar-con-las-ratas-en-el-congreso-de-jalisco/ar2683069?v=7).
La expresión de que "en el Congreso
de Jalisco hay ‘ratas’" puede tener varias interpretaciones. El término
"ratas" se utiliza de manera coloquial y peyorativa para referirse a
personas consideradas como corruptas, torcidas o que actúan de mala fe. Dado
que la política y los políticos frecuentemente enfrentan acusaciones (algunas
justificadas) de corrupción, es común escuchar este tipo de expresiones en
referencia a representantes populares o a políticos en particular. Por lo
tanto, cuando alguien dice “en el Congreso de Jalisco hay ratas”, podría estar urdiendo
una crítica o denuncia sobre la percepción de corrupción o malas prácticas de
algunos de sus miembros.
Las percepciones populares sobre la
conducta y características de estos ‘roedores’ y cómo se relacionan
metafóricamente con ciertos comportamientos humanos, es la razón de por qué en
la ‘vox populi’ se identifica a ciertos políticos como ‘ratas’. Históricamente,
las ratas han sido asociadas con la propagación de enfermedades, como la peste.
Esta conexión puede ser extrapolada a políticos que se perciben como
‘contaminantes’, ‘sedicioso’ o ‘perniciosos’ para la sociedad o el gobierno.
También se llama así, metafóricamente, porque las ratas suelen ser astutas, escurridizas
y difíciles de atrapar, una característica que puede asociarse con políticos
que evaden responsabilidades, se niegan a rendir cuentas o escapan de inculpaciones.
Efectivamente, al igual que una
infestación de ‘ratas’ es difícil de erradicar, los problemas de corrupción o mal
gobierno pueden parecer arraigados, normalizados y difíciles de eliminar.
Especialmente en el Congreso de Jalisco. El término, tempestivamente aplicado
por el secretario general del Congreso, puede insinuar que una vez que un
político corrupto gana poder, otros seguirán la misma ruta. Además, las ‘ratas’
a menudo son vistas con desagrado o repulsión en muchas culturas. Llamar ‘rata’
a alguien es, en general, una manera de expresar desaprobación o repulsa.
Aunque la comparación de políticos con ‘ratas’
puede reflejar una percepción generalizada de desconfianza hacia el ámbito de
lo político, es un lugar común que, por cierto, no se aplica a todos los
políticos. Como en cualquier profesión, hay políticos íntegros y dedicados a
las tareas del gobierno, así como aquellos que pueden actuar de manera menos
ética, tal vez a los que eventualmente se pudo insinuar en esa prodigiosa
declaración.
Considérese como contexto, que el
Congreso del Estado de Jalisco presupuestó, para el año fiscal 2023, un gasto
de $909'999,270.83
de pesos, de los cuales $854’575,112.20 vienen contemplados para gastos de
nómina, incluyendo los $49’735,810.56 para dietas de nuestros legisladores. El
secretario general del Congreso estimó que se pagaría poco más de 11 millones
de pesos en indemnizaciones, respecto de un total de 12 millones 687 mil 709
pesos, que cuestan al año estos contratos. El 26% de los 1,069 colaboradores
que tiene el Congreso de Jalisco realiza actividades que ¡no coinciden con el
catálogo de puestos existentes! porque realizan funciones que simplemente ¡no
están definidas en ninguna parte! Además, el poder legislativo local es más
caro, en nómina, que el de otros muchos estados.
Obvio, otra posibilidad, es que el secretario
general del Congreso hiciera una referencia literal a un problema de
infestación de roedores en el edificio del Congreso; ya que los edificios
antiguos o mal conservados enfrentan este tipo de plagas, para las cuales -es
verdad- se justifica ¡una buena fumigación!
Comentarios
Publicar un comentario